jueves, 10 de diciembre de 2015

¿Sabes lo qué es el Bondage?



El Bondage es una denominación aplicada a los amarres eróticos ejecutados sobre una persona vestida o desnuda. Las ataduras pueden hacerse sobre una parte o sobre la totalidad del cuerpo, utilizando generalmente cuerdas, aunque también se pueden ver en muchas ocasiones el uso de cinta, telas, cadenas, esposas, y cualquier otra cosa que pueda servir para inmovilizar a una persona. Con cierta frecuencia, a la persona se le aplica una mordaza o los ojos vendados.




El bondage puede usarse como práctica estético-erótica, como parte de una relación BDSM (Bondage: B, Disciplina y Dominación: D, Sumisión y Sadismo: S, Masoquismo: M), como una variante erótica más o como elemento en ceremonias de dominación o de sadomasoquismo.



En Japón se le conoce con el nombre de Shibari y cuenta con una larga tradición y una más que respetable ascendencia social.

Tanto en el bondage como en el shibari, como prácticas eróticas, se tienen que seguir unas reglas básicas. Ante todo, la relación tiene que ser:



• Sana

• Consentida

• Consensuada


El bondage se basa en una relación de confianza entre la persona atada y la persona que ata. Sobre esta última recae el grueso de la responsabilidad, dada la indefensión (previamente consensuada) de la otra. Para evitar accidentes, que en ocasiones pueden llegar a ser graves, se suelen seguir algunas normas básicas de seguridad:

• No dejar nunca sola a una persona atada.
No pasar jamás una cuerda alrededor del cuello.

• Contar a mano con unas tijeras funcionales, como medio de liberar rápidamente a la persona atada.

• Prevenir los riesgos de caída: una persona atada puede llegar a sufrir un accidente serio si cae hacia atrás.

• No realizar suspensiones con la persona atada si no se tiene la suficiente experiencia, ya que es una operación delicada.

• No utilizar nunca nudos corredizos u otros tipos de nudos resbaladizos.

• Realizar sesiones de corta duración si las posiciones son incómodas o si la persona que ata no es experimentada.

·       Hidratar regularmente a la persona atada y suministrarle líquidos.

Muchas de las posturas que se reproducen en el material gráfico sobre bondage, son de exhibición, no pueden ser reproducidas sin un alto dominio de la técnica. No se deben correr riesgos innecesarios.



El autobondage (es decir, la práctica del bondage en solitario, en donde la persona pasiva y activa son la misma) es una práctica de alto riesgo, pese a ser muy popular en los Estados Unidos, y precisa de seguros y amplios conocimientos sobre sus técnicas, prevenciones y riesgos, siendo de todos modos desaconsejado por la mayor parte de las instituciones más afamadas del BDSM y del Bondage. Un importante porcentaje de todos los accidentes mortales que se dan en Estados Unidos relacionados con el autoerotismo, proviene de la comunidad de practicantes de ese tipo de bondage extremo.

Las personas que practican este también denominado arte sexual suelen estar en todo momento muy pendientes de las necesidades y del placer de su compañero o compañera; no hay que olvidar que para muchos de sus practicantes se trata de un juego sexual, con roles de sumisión escenificados como parte del juego.



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SEXO PARA SER FELIZ



 Somos humanos y nos gusta el sexo. De hecho, nos gusta tanto que pensamos que, entre más acción podamos conseguir, quizás seremos más felices.




Sin duda, la actividad sexual regular en teoría debe poner a cualquiera de buenas pero, en realidad, ¿cuánto sexo necesitamos para ser felices?



Investigadores de la Universidad de Toronto se dieron a la tarea de averiguar con qué frecuencia necesitamos tener relaciones sexuales para mejorar el bienestar de una pareja y encontraron que el sexo incrementa sus beneficios hasta que se llega a una sesión por semana.

Así es, el sexo una vez por semana es más que suficiente ya que, de seguirse incrementando, la felicidad deja de crecer, al menos dentro del contexto de una relación romántica y más formal.




En el estudio que fue publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, recuerdan amplios estudios que relacionan el tener sexo más seguido con un mayor bienestar. No obstante, el estudio también menciona que, para parejas con muchas responsabilidades laborales y niños que cuidar, la presión para tener relaciones sexuales con tanta frecuencia como sea posible puede ser estresante.




En general, si hay presión involucrada para aumentar la frecuencia de la actividad sexual el resultado puede ser que no se disfrute del todo.
Por supuesto, el estudio no habla sobre las relaciones casuales por lo que puede que no todo esto aplique en esos casos. El estudio finaliza con una conclusión: El sexo puede ser como el dinero, demasiado poco es malo… Amén.


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